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Channel: Análisis de la música de Mozart
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La interpretación de la música para piano de Mozart

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¿Qué hay que hacer para interpretar bien la música de W. A. Mozart al piano? En una palabra, comprenderla. Sin  comprenderla ni la técnica pianística, ni la excelencia en la lectura solfística, ni el dominio de los pedales,... nada. Sin comprender el lenguaje de Mozart todo eso nos dará una ejecución correcta de las notas, pero una interpretación posiblemente absurda. La música de Mozart, además de notas, tiene significados, está estructurada de acuerdo a un estilo y tiene un mensaje, abstracto, pero un mensaje. Tocar las notas sin conocerlo es como leer un texto en ruso sin saber ruso.




Aunque profundizar en el lenguaje de Mozart  no es cuestión de leer unas líneas o recibir unos consejos, sino que es el trabajo y la experiencia del artista intérprete  de muchos años, podemos ir considerando los siguientes aspectos: 

- La estructura: en la música del periodo clásico es importante la estructura como factor de cohesión y equilibrio de la obra. Así es importante articular adecuadamente las frases, los motivos, las secciones y hacer que sean coherentes sus respectivas apariciones. 

- El fraseo: aunque entre ciertas corrientes interpretativas está de moda el fraseo legato para todo, en la música de Mozart hay que articular pues el ritmos es un factor importante. Recordemos que la música clásica es cercana aún al barroco, tiene un importante componente rítmico que comienza a ser equiparado al melódico, pero no siempre, y que el instrumento en el que se interpretaba: el piano vienés, tenía unas características tímbricas y de duración del sonido muy diferentes al piano de cola actual. Sin ser necesario respirar cada pocas notas, si que es necesario articular. 

- El sonido:  ¿Puede interpretarse la música de Mozart en un piano moderno? Por supuesto. Aunque es cierto que el piano moderno es muy diferente en sonido y técnica al piano vienés, los compositores clásicos no concebían su música para un instrumento específico. A pesar de las coincidencias, los diferentes fabricantes de pianos vieneses producían instrumentos diferentes entre sí. Sabemos que Mozart solo pudo permitirse un pianoforte Walter, pero consideraba a los de Stein insuperables.  También sabemos que Mozart tubo que interpretar en, los entonces incómodos pero potentes en sonido,  pianos de mecánica inglesa. En dichos pianos el teclado era más pesado y profundo , además la tecla tenía que retornar completamente antes de poder repetir el sonido.  Por tanto el músico tocaba en el instrumento que tenía a su alcance, pues la música era considerada más importante que el medio y el pianísta sabía adaptarse al instrumento. Esa misma adaptación es la que tiene que hacer el pianista actual que quiera interpretar, que no ejecutar, a Mozart. 

- La música: A Mozart le llevó bastante tiempo componer cada obra y, no solo eso, muchos años de estudio y práctica perfeccionar su estilo. No podemos aspirar a abrir un libro con su música, ponernos a tocar y hacerlo maravillosamente (al menos no de acuerdo al estilo). Tener una buena habilidad de lectura y una brillante técnica pianística es importante, pero lo es más comprender la obra. Y para ello es imprescindible el análisis. Y no nos referimos aquí al análisis como recogida aséptica de datos, sino a la interpretación de estos datos. Una cadencia perfecta  V-I no es solo eso, sino que tiene un significado y un papel en la obra. Puede significar un momento de reposo en la obra, un cambio brusco de tonalidad, un momento de resignación, o un mero cambio de sección. Todo en la música significa algo. Es labor de la reflexión analítica tratar de llegar a dar un sentido coherente. 

- El intérprete: Después de profundizar en el mensaje que el compositor quiso dar a su obra, queda la aportación del intérprete para conseguirla. Un compositor clásico no quería una obra totalmente cerrada, sino que la forma en que el intérprete hace vivo el mensaje o destaca aspectos de él, hace interesante cada interpretación de cada intérprete. Es lo que hace apasionante la música clásica y la interpretación de la misma, la posibilidad de profundizar, cambiar y variar. También sabemos que Mozart era partidario de la repetición ornamentada, que consiste en no repetir literalmente, aunque así esté escrito, sino introducir leves adornos y variaciones para dar expresividad a la obra. Por tanto Mozart no consideraba su obra cerrada y totalmente acabada, así que es nuestra tarea interpretar y aportar nuestra visión personal. 

Álvaro Buitrago

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